Por qué el 24% de los trabajadores de la Generación Z se reportaron enfermos por dolor de cuello y espalda: estudio
Danos un respiro.
La Generación Z se está quedando sin trabajo por los mismos dolores y molestias que sus mayores, pero a un ritmo sorprendentemente mayor.
En una nueva encuesta, por correo diarioel 24% de los trabajadores de entre 16 y 26 años dijeron que utilizaron el dolor de cuello o espalda como excusa para faltar al trabajo este año, mientras que sólo el 14% de los de 59 años en adelante, también conocidos como Baby Boomers, hicieron lo mismo. Mientras tanto, la cohorte millennial, de 27 a 42 años, cayó entre ellos en un 18%, mientras que solo el 12% de la Generación X, de 43 a 58 años, citó la misma aflicción.
La encuesta a 2.000 personas fue realizada por la empresa de biotecnología Alvica Medical.
Su directora ejecutiva, Victoria Fransen, dijo: “Son los más afectados cuando se trata de hacer su trabajo y ciertamente existe una correlación entre esto y que sean la primera generación verdadera de nativos digitales”.
De todas las edades combinadas, el 63% informó haber tenido dolor de espalda y cuello durante los últimos 12 meses.
Los médicos han advertido previamente a las generaciones más jóvenes sobre la amenaza inminente del llamado “cuello tecnológico”, una curvatura de la parte superior de la columna vertebral debido a años de mala postura, al mirar teléfonos inteligentes y tabletas durante horas al día.
Quiropráctico Jake Boyle, @desmoineschiro en TikTok, compartido recientemente alarmantes imágenes de rayos X de adultos jóvenes con cuellos torcidos que ha visto en su consulta en Iowa.
“Si tienes menos de 35 años debes prestar atención a esto. Todos nos estamos convirtiendo en esos viejos encorvados y hay una razón detrás de ello”, afirmó.
Los ejemplos de Boyle de zoomers jorobados coincidieron con evidencia de “cuernos” esqueléticos que crecían en la base del cráneo de algunos jóvenes, lo que también se ha dicho que es el resultado del uso de teléfonos celulares.
Este extraño fenómeno se llama protuberancia occipital externa. Observada por primera vez en 1885 por el científico francés Paul Broca, la afección era tan rara que hasta ahora se ha pasado casi por alto.
David Shahur, investigador de biomecánica y médico de la Universidad de Sunshine Coast en Queensland, Australia, dijo a la BBC en 2019 que “solo en la última década” ha visto pacientes con esta deformación.
Shahur, cuyo trabajo sobre las protuberancias occipitales externas se publicó anteriormente en el Journal of Anatomy, planteó la hipótesis de que la postura habitual con el cuello doblado que mantienen los usuarios de dispositivos móviles puede ejercer una presión adicional en el punto donde los músculos del cuello se unen con el cráneo.
“Imagínese si tiene estalactitas y estalagmitas, si nadie las molesta, seguirán creciendo”, advirtió.