Dreamsettler, una cápsula del tiempo de Internet antes de Facebook | Juegos
IHan pasado cinco años desde que se lanzó Hypnospace Outlaw, el simulador de Internet de los años 90 brillantemente disparatado de Tendershoot, y esta secuela espiritual se anunció hace dos años. En el ínterin, con los magnates de la tecnología comprando gigantes de las redes sociales, Reddit siendo monetizado (y, en efecto, censurado) en contra de los deseos de su base de usuarios y la presencia cada vez mayor de la IA, el anhelo de la generación del milenio por los días del salvaje oeste sin algoritmos de los inicios de Internet solo se ha vuelto más intenso. Al menos eso es lo que siente el director creativo Jay Tholen.
“Ya pensaba que estaba mal, pero no sabía lo mal que podía llegar a estar”, dice Tholen sobre el estado actual de la red informática mundial.
Tanto Hypnospace Outlaw como Dreamsettler se desarrollan en un universo alternativo en el que la gente navega por Internet mientras duerme. El primer juego te hacía sentir como un moderador de un foro, eliminando las infracciones de derechos de autor, el acoso y las actividades ilegales para mantener a salvo a los internautas. Dreamsettler, ambientado entre 2003 y 2005, te da más poder: esta vez jugarás como un investigador privado que intenta hacerse un nombre.
Todo comienza cuando los jugadores crean su propia página y eligen en qué barrio de la red quieren vivir; por ejemplo, Camp Rowdy, que Tholen describe como “algo así como Good Time Valley, pero con un poco más de subcultura sureña”. Los casos de bajo riesgo ayudan a construir tu reputación. Al final, Sleepnet, la empresa detrás de Dreamsettler, te pedirá que desentierres algo para ellos, y otras entidades corporativas poderosas también comenzarán a buscar tus servicios.
Digamos que te piden que investigues un asesinato que posiblemente esté relacionado con la página web personal de algún teórico de la conspiración. Bueno, escaneas el artículo de noticias para encontrar la fecha en la que ocurrió el accidente y luego investigas la página de ese personaje en torno a esa fecha, tratando de ver si puedes encontrar alguna pista que conecte tu pista con el caso.
Todavía no hay fecha de lanzamiento a la vista para Dreamsettler, después de dos años de desarrollo. “Ningún juego que haya hecho jamás ha estado en una situación como esta”, dice Tholen, medio en broma. “Nuestro editor se dio por vencido en cuanto a darnos una fecha límite… Odio planificar con demasiada especificidad porque resulta muy aburrido trabajar en ello. Y no permite un diseño iterativo”.
Además de aumentar la resolución del juego de 480 x 270 a unos principescos 960 x 540 píxeles (quienes recuerden Windows 95 sabrán que en su día esa era una cantidad enorme de espacio en pantalla para una página web), uno de los mayores retos para Tholen ha sido tratar de complacer a todo el mundo. Espera que Dreamsettler atraiga tanto a las personas que alguna vez fueron habitantes de los primeros tiempos de Internet (muchos de los cuales jugaron a Hypnospace Outlaw) como a aquellos que son demasiado jóvenes para saber cómo sonaba un módem de acceso telefónico.
“Hay una regla que siempre tengo presente en mi cabeza”, explica. “Todo lo que necesitas saber para disfrutar de cualquier parte de Dreamsettler, también debes poder encontrarlo en el juego. No hay referencias del tipo ‘si no lo entiendes, no lo entiendes’. El juego necesita tener esa información accesible en algún lugar para que cualquier jugador pueda disfrutarlo”.