Un juez estadounidense está frenando el uso de cacheos corporales en medio de un escándalo policial en la capital de Luisiana
13 de julio de 2024 04:33 a. m. IST
Un juez estadounidense está frenando el uso de cacheos corporales en medio de un escándalo policial en la capital de Luisiana
NUEVA ORLEÁNS — El uso de cacheos corporales por parte de la policía en la capital de Luisiana fue controlado el viernes por un juez federal que dijo que la política bajo la cual los oficiales de Baton Rouge realizan tales cacheos a personas que no han sido arrestadas es “inconstitucional de plano”.
La orden de la jueza federal Shelly Dick se produjo en el marco de un litigio presentado el año pasado en el que se denunciaban abusos policiales (incluidas palizas brutales y registros invasivos) a personas detenidas en un oscuro almacén llamado “Brave Cave”. Las demandas dieron lugar a una investigación federal sobre derechos civiles en curso.
La política de registros en cuestión permitía a los agentes realizar registros corporales a “personas no detenidas basándose en sospechas razonables, individualizadas y articuladas” de que pudieran estar armadas o llevar material ilegal. Citando un precedente de la Corte Suprema, Dick dijo que se necesita un estándar más alto -la causa probable- para un registro que implique algo más que un cacheo o un registro.
En su fallo, Dick reconoció las preocupaciones de seguridad expresadas por los funcionarios de policía que defendieron la política.
“De ninguna manera la Corte desea reducir las herramientas disponibles para los agentes de policía para lograr esta seguridad”, escribió. “Sin embargo, estas herramientas deben usarse y aplicarse de manera constitucional”.
Los funcionarios de la ciudad no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
Después de que se presentara la primera de las denuncias de abuso el año pasado, la ciudad ordenó el cierre del almacén y el departamento de policía disolvió su unidad de delitos callejeros. Un agente de policía renunció y fue arrestado por un cargo de agresión simple.
El mes pasado, cuatro oficiales asociados a la unidad policial ahora disuelta fueron acusados por un gran jurado de Luisiana por cargos de encubrimiento de la golpiza a un sospechoso bajo custodia.
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