Realizan entierro del sacerdote católico y activista por la paz indígena asesinado en el sur de México

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SAN ANDRÉS LARRAINZAR, México — Cientos de personas asistieron el martes al entierro del sacerdote católico Marcelo Pérez, un activista de los pueblos indígenas y trabajadores agrícolas que fue asesinado en el estado de Chiapas, en el sur de México.

Realizan entierro del sacerdote católico y activista por la paz indígena asesinado en el sur de México

Unos 2.000 dolientes gritaron consignas como “Justicia para Marcelo”. El reverendo Pérez había trabajado incansablemente para llevar la paz a las tierras altas y las regiones fronterizas de Chiapas, donde dos cárteles de la droga luchan por el control.

Los fiscales estatales anunciaron que habían detenido a un hombre sospechoso de haber llevado a cabo el asesinato, pero no revelaron su identidad ni proporcionaron un posible motivo del asesinato del domingo.

No obstante, los fiscales federales anunciaron que se harán cargo del caso, una medida que sugiere que creen que el crimen organizado estuvo involucrado en el asesinato.

Pérez fue enterrado en su ciudad natal de San Andrés Larrainzar. Era miembro del grupo indígena tzotzil y se encontraba entre el número relativamente pequeño de sacerdotes indígenas de Chiapas.

Pérez, de 50 años, había recibido amenazas frecuentes, pero aun así seguía trabajando como activista por la paz. Los defensores de los derechos humanos dijeron que Pérez no recibió la protección gubernamental que necesitaba.

“Durante años insistimos en que el gobierno mexicano debía atender las amenazas y agresiones en su contra, pero nunca implementaron medidas para garantizar su vida, seguridad y bienestar”, escribió el centro de derechos humanos Fray Bartolomé de las Casas.

Si bien no hubo información inmediata sobre el asesinato (la presidenta Claudia Sheinbaum solo dijo que “se están llevando a cabo investigaciones”), los esfuerzos de paz y mediación del reverendo Pérez pueden haber enojado a uno de los cárteles de la droga.

El estado de Chiapas es una ruta lucrativa para el contrabando de drogas y de migrantes.

“El padre Marcelo Pérez fue objeto de constantes amenazas y agresiones por parte de grupos del crimen organizado”, según el centro de derechos, y agregó que su asesinato “ocurrió en el contexto de una grave escalada de violencia contra la población en todas las regiones de Chiapas”.

Durante al menos los últimos dos años, los carteles de Sinaloa y Jalisco han estado involucrados en sangrientas batallas territoriales que implican matar a familias enteras y obligar a los aldeanos a tomar partido en la disputa. Cientos de residentes de Chiapas han tenido que huir a la vecina Guatemala por su propia seguridad.

Este artículo se generó a partir de un feed automatizado de una agencia de noticias sin modificaciones en el texto.

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