Los Ángeles pagará 21 millones de dólares para resolver las reclamaciones por la detonación fallida de fuegos artificiales por parte de la policía hace 3 años
LOS ÁNGELES — Los Ángeles pagará más de 21 millones de dólares para resolver reclamos de residentes de un vecindario donde la policía falló en la detonación de un alijo de fuegos artificiales ilegales hace tres años, hiriendo a 17 personas y desplazando a docenas más.
El Ayuntamiento aprobó por unanimidad el martes los pagos, y los acuerdos pasarán ahora a la alcaldesa Karen Bass para su aprobación, informó Los Angeles Times.
El concejal Curren Price, que representa al distrito del sur de Los Ángeles donde ocurrió la explosión, dijo que lamenta el proceso “angustiosamente lento” para llegar a un acuerdo.
“Las víctimas de la explosión de los fuegos artificiales de la calle 27 han sufrido un dolor y un trauma inimaginables que les durarán toda la vida”, afirmó Price en un comunicado. “Alcanzar estos acuerdos económicos fue un paso crucial hacia su sanación, la reconstrucción de sus vidas y la búsqueda de estabilidad y paz”.
Los acuerdos de indemnización oscilan entre 100.000 y 2,8 millones de dólares para los 17 demandantes, según el Times.
La policía encontró aproximadamente 32,000 libras de fuegos artificiales comerciales y caseros ilegales y otros materiales explosivos en una casa en East 27th Street el 30 de junio de 2021.
El escuadrón antibombas LD empacó casi 40 libras de los fuegos artificiales caseros más volátiles y peligrosos en un recipiente de contención blindado que tenía una capacidad de solo 33 libras, según un informe federal.
Se suponía que los fuegos artificiales debían detonarse de manera segura en el lugar porque eran demasiado inestables para moverse, pero el artefacto explotó y los escombros cayeron sobre decenas de casas, negocios y vehículos.
La explosión hirió a 10 agentes de la ley y a siete residentes, y dañó 22 viviendas, 13 comercios y 37 automóviles y camiones. Unas 80 personas tuvieron que desplazarse.
Los daños superaron el millón de dólares y la ciudad ha gastado millones más en reparaciones, viviendas y otras ayudas para los residentes del barrio de clase trabajadora.
Los investigadores federales dijeron que los técnicos del escuadrón antibombas subestimaron el peso del material explosivo porque lo midieron a simple vista en lugar de usar una balanza, y también ignoraron las advertencias de un miembro del equipo que dijo que el material explosivo debía dividirse en cargas más pequeñas.
Arturo Ceja III, de 27 años, quien vivía en la casa donde se encontraron los fuegos artificiales, fue sentenciado a cinco meses de prisión federal después de declararse culpable de un cargo de transportar explosivos sin licencia.
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