La decisión de Hungría sobre la visa aviva los temores de la UE sobre el espionaje ruso, según una carta
BUDAPEST (Reuters) – El Partido Popular Europeo (PPE) ha expresado su preocupación por la seguridad de la decisión de Hungría de aliviar las restricciones de visado para los ciudadanos rusos y bielorrusos, temiendo que pueda alimentar el espionaje en la UE, según una carta vista por Reuters el martes.
Manfred Weber, presidente del partido de centroderecha PPE, ha escrito al jefe del Consejo Europeo Carlos Michel decir que las nuevas reglas húngaras podrían “crear graves lagunas para actividades de espionaje… lo que supone un serio riesgo para la seguridad nacional”.
“Esta política también podría facilitar a los rusos moverse por el espacio Schengen (sin fronteras), eludiendo las restricciones exigidas por la legislación de la UE”, dijo Weber en su carta.
La carta fue reportada primero por el Financial Times.
El gobierno húngaro no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico.
La oficina de Michel no hizo comentarios sobre la carta, que pone de relieve las tensiones entre las instituciones de la UE y Hungría, actual titular de la presidencia rotatoria del bloque, mientras busca mantener lazos cordiales con Rusia a pesar de la guerra en Ucrania.
Un portavoz de la Comisión Europea dijo que se pondría en contacto con Hungría respecto a las nuevas reglas y que Budapest estaba obligado a verificar si cumplían con las regulaciones de Schengen.
Hungría ha ampliado este mes su programa de inmigración con la denominada “tarjeta nacional” para incluir a ciudadanos rusos y bielorrusos, entre otros. El titular de esta tarjeta puede trabajar en Hungría sin necesidad de una autorización de seguridad y traer a su familia al país. Su validez es de dos años, pero puede prorrogarse.
Oficialmente, el titular de la tarjeta no es un trabajador invitado y, por lo tanto, tampoco aparece en las estadísticas ni en las diferentes cuotas nacionales.
La decisión de Hungría sobre la visa se produjo un año después de que Estados Unidos impusiera sanciones a tres altos funcionarios del Banco Internacional de Inversiones, un banco controlado por Rusia en Budapest: dos rusos y un húngaro.
Los empleados del banco gozaban de plena inmunidad diplomática y podían viajar libremente por la UE. Bajo presión estadounidense, Hungría se retiró del IIB, pero expresó su frustración por tener que hacerlo.
Este mes, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, que asumió la presidencia semestral de la UE el 1 de julio, enfureció a sus socios de la UE al visitar Moscú para discutir un posible acuerdo de paz en Ucrania con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Orban ha criticado duramente la ayuda militar occidental a Ucrania.
(Reporte de Boldizsar Gyori y Philip Blenkinsop, reporte adicional de Alan Charlish, Benoit van Overstraeten y Andrew Gray; editado por Gareth Jones)