El plan de producción de misiles Patriot de EE.UU. y Japón se topa con un obstáculo en un componente de Boeing
Por Nobuhiro Kubo y Tim Kelly
TOKIO (Reuters) – Un plan estadounidense para utilizar fábricas japonesas para aumentar la producción de misiles de defensa aérea Patriot, utilizados por Ucrania para defenderse de los ataques rusos, se está retrasando por la escasez de un componente crítico fabricado por Boeing, dijeron cuatro fuentes.
La japonesa Mitsubishi Heavy Industries (MHI) ya fabrica unos 30 misiles PAC-3 cada año bajo licencia del contratista de defensa Lockheed Martin y puede aumentar ese número a unos 60, dijeron a Reuters dos funcionarios del gobierno japonés y dos fuentes de la industria.
Estados Unidos espera aumentar la producción de unos 500 misiles al año a más de 750 al año a nivel mundial lo antes posible, dijo una persona familiarizada con el programa. Pero ninguna expansión será posible en Japón sin suministros adicionales de los buscadores de misiles, que los guían en las etapas finales del vuelo, dijeron los funcionarios y fuentes de la industria.
“Podrían pasar varios años antes de que MHI pueda aumentar la producción” debido a la escasez, dijo una de las fuentes de la industria, que al igual que los demás declinó ser identificada porque no está autorizada a hablar con los medios.
El problema de la producción en Japón muestra los desafíos que enfrenta Washington para incorporar la ayuda industrial de sus aliados globales a sus complejas cadenas de suministro.
El año pasado, Boeing comenzó a expandir su fábrica de buscadores en Estados Unidos para aumentar la producción en un 30%, aunque las líneas adicionales no operarán hasta 2027. La compañía no dijo el año pasado cuántos se produjeron, pero señaló que acababa de entregar su número 5.000.
Un representante de Boeing remitió las preguntas a Lockheed Martin, el contratista principal del interceptor.
Lockheed Martin ha dicho que aumentará su producción estadounidense de interceptores Patriot de 500 a 650 para 2027. Cada uno cuesta alrededor de 4 millones de dólares.
Incluso si hubiera suficientes buscadores disponibles, ampliar la producción anual de PAC-3 en Japón más allá de 60 requeriría que MHI desarrollara más capacidad.
En su plan para duplicar el gasto militar en 2022, el gobierno de Japón dijo que ofrecería ayuda financiera a las empresas de defensa que quisieran ampliar la producción. Sin embargo, esos subsidios solo se aplican a los equipos destinados a las Fuerzas de Autodefensa del país y no a las exportaciones.
Esto significa que MHI o Estados Unidos tendrían que desembolsar el dinero para pagar una nueva fábrica de PAC-3, que podría costar decenas de millones de dólares o más, dijo una de las fuentes del gobierno japonés.
“El Indo-Pacífico es una gran área de enfoque para Estados Unidos y nuestros aliados, y las capacidades estratégicamente posicionadas en la región son fundamentales para apoyar la disuasión y mantener la preparación”, dijo Lockheed Martin en un correo electrónico, remitiendo las preguntas sobre la producción de PAC-3 en Japón a los gobiernos japonés y estadounidense, y a MHI.
El Ministerio de Defensa de Japón rehusó hacer comentarios. MHI rehusó hacer comentarios.
Un funcionario de defensa estadounidense dijo que un contrato de 4.500 millones de dólares firmado en junio con el Ejército de Estados Unidos -el principal cliente del sistema Patriot- marcó el comienzo de un aumento en la producción tanto de misiles como de buscadores.
Los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de Japón y Estados Unidos se reunirán este mes en Tokio para mantener conversaciones que, según se espera, incluirán una profundización de la cooperación industrial en materia de defensa. El proyecto Patriot se considera una parte clave de ese esfuerzo.
Incluso con la ayuda de los aliados, los cuellos de botella en la cadena de suministro complican los esfuerzos de Estados Unidos para satisfacer la demanda de municiones de Ucrania, incluidos sistemas de defensa aérea que pueden frustrar los ataques rusos.
En la ola de ataques aéreos más mortífero en meses, en julio un misil ruso alcanzó un hospital infantil, matando al menos a 41 civiles.
En diciembre de 2023, Japón flexibilizó las normas de exportación militar para permitirle ayudar a reponer las existencias de misiles Patriot de Estados Unidos, que se habían utilizado para ayudar a Ucrania.
El embajador de Estados Unidos en Japón, Rahm Emanuel, quien calificó esta decisión como una “decisión histórica”, ha sido uno de los principales defensores de unos vínculos industriales militares más profundos con Japón que podrían aliviar la presión sobre los contratistas de defensa estadounidenses.
El presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro japonés Fumio Kishida acordaron en abril profundizar la cooperación en la industria de defensa.
En un artículo de opinión publicado por el Wall Street Journal dos meses después de esa reunión, Emanuel describió al reducido complejo militar industrial estadounidense como un “eslabón débil” que había quedado expuesto por la guerra de Ucrania y el conflicto de Medio Oriente.
(Reporte de Nobuhiro Kubo y Tim Kelly; reporte adicional de Mike Stone, Allison Lampert, Idrees Ali y Kaori Kaneko; editado por Gerry Doyle y Sam Holmes)