Archivos de la Policía Judicial: los crímenes violentos contra brasileños son frecuentes

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La violencia extrema ha sido el sello distintivo de los crímenes cometidos contra brasileños en Portugal. Así lo demuestran los expedientes de la Policía Judicial (PJ), que intenta desentrañar los motivos que llevaron al asesinato de la pareja. Fernanda Júlia da Silva, 34 años, y Bruno Neto, 36el pasado miércoles (02/10). Se encontraban en una barbería de Penha de França, un barrio céntrico de Lisboa, cuando fueron asesinados a tiros. El delincuente también mató al barbero Carlos Pina, de 43 años. Todos dejaron niños huérfanos.

En los últimos días, agentes del policia judicialque corresponde a la Policía Federal de Brasil, mapeó cada paso de las víctimas. El siguiente paso será cruzar la información con la del asesino, que sigue prófugo. Para el PJ no se descarta ninguna hipótesis, pero aún no es momento de pronunciarse, aun así se pueden comparar todas las evidencias recabadas. Los familiares de las víctimas han estado presionando a la policía para que resuelva el caso lo más rápido posible.

Los expedientes de la Policía Judicial indican que, el 2 de diciembre de 2023, un sábado que debería haber sido tranquilo en Penha de França, los agentes fueron llamados por una jornalera que no pudo contener el nerviosismo en su voz. Ese día, como siempre, llegó temprano al trabajo, pero no pudo contactar con su jefe, ni a través del intercomunicador del edificio ni por teléfono. El periodista no tardó mucho en descubrir lo que realmente le había sucedido al brasileño de 38 años.

Había sido asesinada a puñaladas tras sufrir violencia física. Los agentes de la PJ encontraron muchas marcas en su cuerpo y sangre esparcida por todo el departamento. La víctima había comprado esa propiedad hace dos años. En declaraciones a agentes de la Policía Judicial, los vecinos afirmaron que la brasileña rara vez era vista en la calle, ya que trabajaba en su casa. También afirmaron que rara vez recibía visitas, pero viajaba con bastante frecuencia. La PJ no pudo precisar si el asesino había sido detenido.

Otra barbaridad

Tres meses después, en marzo de este año, la Policía Judicial se topó con otra barbaridad. Un español de 48 años mató y desmembró a su novio brasileño de 35 años. El crimen fue descubierto por un barrendero, quien identificó una parte del cuerpo de la víctima, desde el ombligo para abajo, dentro de una bolsa de basura. Agentes de la PJ fueron a buscar el resto del cuerpo, pero luego de una semana detuvieron la búsqueda alegando que esa parte había ido a un vertedero y estaba destruida.

El español, detenido y condenado, y el brasileño, que trabajaba en el sector sanitario, vivían juntos desde hacía poco más de un año en Lisboa, en un apartamento del encantador barrio de Lapa. Antes de desmembrar a su novio, la española, cuya familia se dedica al negocio inmobiliario, apuñaló a la víctima varias veces.

No pasó mucho tiempo para que la Policía Judicial descubriera quién cometió el crimen a partir de conversaciones con vecinos de la región y la posesión de grabaciones realizadas por cámaras ubicadas cerca del lugar. Ante el tribunal, durante su testimonio, el criminal confesó haber matado al brasileño, descuartizando el cuerpo de la víctima y distribuyéndolo en contenedores de basura.

Kildery Silva fue asesinada a puñaladas tras intervenir contra acoso a dos mujeres
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Trivialización

La noche del 23 de julio todo parecía ir bien para el brasileño Kildery Eduardo Ferreira Silva, de 21 años, conocido como Kadu. Las obras en el restaurante Carcavelos, donde trabajaba, estaban llegando a su fin. Pero la paz terminó por completo cuando vio a dos mujeres siendo acosadas por un grupo de hombres. El joven, de Ataléia, en Vale do Mucuri, Minas Gerais, decidió intervenir en favor de las jóvenes y pidió a los niños que se fueran.

Los hombres, al principio, se alejaron de las dos mujeres, pero, nuevamente, comenzaron a acosarlas nuevamente, lo que llevó a Kadu a intervenir y pedir, una vez más, que dejaran en paz a las jóvenes. Las mujeres se fueron, pero los niños no. Esperaron a que el brasileño saliera del restaurante para regresar a su casa y lo atacaron con cuchillos. Kadu, que había vivido en Portugal durante dos años, sucumbió a sus heridas. Uno de los hombres fue detenido preventivamente, pero su nombre no se conoce oficialmente y aún se encuentra en prisión.

Recientemente, el Asamblea de la República aceptó voto de condolencias propuesto por el Bloque de Izquierda en honor a Kadu. La justificación de los parlamentarios fue que la violencia contra las mujeres es un mal que afecta a la sociedad portuguesa. “La banalización del acoso contra las mujeres es fuente de otros delitos, entre ellos la violencia sexual y el feminicidio. Kildery Silva no quedó indiferente, intervino para poner fin a una situación de acoso y pagó con su vida”, señala el documento.

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