La prohibición de Elon Musk al trabajo remoto en X supera la afirmación de prejuicio por discapacidad
Un juez federal de California desestimó el miércoles una demanda que acusaba a la plataforma de redes sociales X de expulsar a trabajadores con discapacidades después de que Elon Musk se hiciera cargo de la empresa y prohibiera a los empleados trabajar de forma remota.
La jueza de distrito estadounidense Araceli Martínez-Olguín en San Francisco dijo que el demandante en la demanda colectiva propuesta para 2022, Dmitry Borodaenko, no demostró cómo la orden de Musk de regresar a la oficina afectó específicamente a los empleados con discapacidades. La juez le dio cuatro semanas para presentar una demanda enmendada que incluya reclamos más detallados.
Borodaenko, exgerente de ingeniería y sobreviviente de cáncer, afirma que lo despidieron poco después de que Musk adquiriera X, entonces llamada Twitter, por negarse a presentarse en la oficina durante la pandemia de COVID-19. La demanda afirma que X violó una ley federal que exige que los empleadores se adapten a las discapacidades de los trabajadores.
Musk dijo en un memorando al personal de la empresa en noviembre de 2022 que los empleados deberían estar preparados para trabajar “largas horas a alta intensidad” o renunciar, y luego tuiteó que era “moralmente incorrecto” trabajar desde casa.
Martínez-Olguín dijo el miércoles que la prohibición del trabajo remoto no equivale a discriminación por discapacidad.
“La teoría de Borodaenko se basa incorrectamente en el supuesto de que todos los empleados con discapacidades necesariamente requerían trabajo remoto como una adaptación razonable”, escribió Martínez-Olguín.
Un abogado de Borodaenko no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
X respondió a múltiples solicitudes de comentarios con correos electrónicos que decían “ocupado ahora, vuelva a consultar más tarde”.
La demanda es una de varias que ex empleados presentaron en los meses posteriores a la adquisición de la empresa por 44 mil millones de dólares por parte de Musk y los consiguientes despidos de aproximadamente el 75% de su fuerza laboral.
Otros casos acusan a Twitter de no avisar con antelación a sus empleados y contratistas sobre los despidos, de no pagar miles de millones de dólares en indemnizaciones prometidas y de apuntar desproporcionadamente a mujeres y trabajadores de mayor edad para los recortes de puestos de trabajo. X ha negado haber cometido irregularidades.
Algunos de esos casos han sido desestimados, lo que ha provocado apelaciones pendientes por parte de los demandantes.