Un migrante sirio se entrega y admite haber apuñalado fatalmente a tres personas en un festival alemán
Un migrante sirio de 26 años que supuestamente iba a ser deportado de Alemania el año pasado se entregó a la policía el domingo y dijo que estaba detrás del ataque con cuchillo en un festival local que dejó tres muertos.
El hombre, que sólo fue identificado como Issa Al H., confesó haber perpetrado el ataque respaldado por el Estado Islámico el viernes contra los asistentes al festival que celebraban el 650 aniversario de la ciudad de Solingen, dijeron las autoridades.
Los fiscales dijeron que el presunto miembro de ISIS intentó matar a la mayor cantidad de personas posible ese día “debido a sus convicciones islamistas radicales”.
Las autoridades confirmaron que el sospechoso había solicitado asilo en Alemania, y la agencia de noticias local DPA afirmó que su solicitud había sido denegada y que estaba previsto que fuera deportado el año pasado.
El ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Herbert Reul, afirmó que el sospechoso vivía en un hogar para refugiados en Solingen, pero que aún no se han revelado todos los detalles de su estatus migratorio.
El Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque y afirmó que uno de sus soldados aterrorizó a la población de Solingen “en venganza por los musulmanes en Palestina y en todas partes”.
El horror se cobró la vida de dos hombres, de 67 y 56 años, y de una mujer de 56, según las autoridades, que afirmaron que el apuñalador apuntó deliberadamente a las gargantas de las víctimas. Entre los ocho heridos, cuatro estaban “muy gravemente heridos” y se encontraban en el hospital, añadió la policía.
La Oficina Federal de Policía Criminal de Alemania (BKA) advirtió previamente que los ataques terroristas “con motivos yihadistas” eran una amenaza para la nación, que ha acogido a más de un millón de refugiados de Siria y Afganistán en los últimos años.
“El riesgo de actos violentos motivados por la yihad sigue siendo alto”, afirmó la BKA en un informe publicado a principios de este año. “La República Federal de Alemania sigue siendo un objetivo directo de las organizaciones terroristas”.
El ataque terrorista encendió debates sobre la necesidad de que Alemania mejore su seguridad, limite la inmigración y aplique castigos más severos para los delitos violentos.
El líder de la oposición, Friedrich Merz, del partido de centroderecha CDU, dijo que el ataque era una prueba clara de que Alemania debería dejar de recibir refugiados de Siria y Afganistán.
“¡Ya basta!”, escribió en un comunicado.
El apuñalamiento ocurrió apenas dos meses después de que el canciller Olaf Scholz prometiera que Alemania comenzaría a deportar a criminales de esas dos naciones después de que un ataque con cuchillo por parte de un migrante afgano dejara a un oficial de policía muerto.
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