La Cumbre del G7 y la necesidad de un mundo más justo | Opiniones

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El actual sistema internacional que se puso en marcha después de la Segunda Guerra Mundial está luchando por abordar los numerosos desafíos y problemas que enfrenta el mundo hoy. Impulsada por los intereses y deseos de un conjunto específico de Estados, está alimentando conflictos y obstaculizando la paz, la estabilidad y la prosperidad en todo el mundo.

Después del fin de la Guerra Fría en la década de 1990, el mundo ha entrado en una nueva era tumultuosa en la que la comunidad internacional se enfrentó a una nueva serie de desafíos para la paz y la estabilidad. La era moderna requiere colaboración a nivel regional y global, con una mayor participación de los actores globales en la resolución de problemas. Sin embargo, la guerra entre Ucrania y Rusia, los ataques de Israel a Palestina y muchos otros conflictos ponen de relieve la ineficacia de los actores internacionales para abordar las cuestiones regionales y su falta de determinación para encontrar soluciones.

La influencia global de las organizaciones internacionales está en declive. Esto se debe a que estas organizaciones no han logrado reconocer la naturaleza del mundo moderno multipolar que comenzó a surgir a principios de siglo. Es importante reconocer que el sistema internacional no puede ser moldeado únicamente por unas pocas superpotencias y sus preocupaciones políticas e ideológicas. Es imposible imaginar un sistema mundial en el que se prioricen los intereses y beneficios de determinadas potencias a expensas de la explotación de otros países y pueblos.

Las organizaciones internacionales y los países que las dominan deben reconocer esta realidad y adaptar sus estrategias en consecuencia. El sistema global que se estableció después de la Segunda Guerra Mundial está al borde del colapso, pero parece imposible crear un sistema que se alinee con la era moderna.

Es crucial que las iniciativas de las organizaciones internacionales líderes asuman rápidamente la responsabilidad de construir un sistema que se ajuste a los requisitos de la era actual.

Al ser una organización internacional, el G7 es un grupo de países que comparten valores y principios comunes y se esfuerzan por promover la libertad, la democracia y los derechos humanos a escala global. Dadas las recientes crisis y conflictos internacionales, es necesario reconsiderar y discutir el desempeño del G7 en el cumplimiento de sus responsabilidades y cómo sus decisiones han sido recibidas en las plataformas internacionales.

El G7 no tiene autoridad para tomar decisiones vinculantes; sin embargo, en el panorama actual, cuando incluso las funciones y operaciones de las organizaciones internacionales –que supuestamente son capaces de tomar decisiones vinculantes– están siendo examinadas, el G7 no puede evitar estas preguntas.

El tema de la cumbre de este año, a la que asistirá como invitado especial el presidente de la República de Türkiye, Recep Tayyip Erdoğan, fue el “sistema internacional basado en reglas”. Las discusiones en la cumbre de tres días se centrarán en la defensa del sistema internacional basado en reglas, entre otras cuestiones apremiantes de nuestro tiempo, desde la guerra entre Rusia y Ucrania y el conflicto en Medio Oriente, hasta la seguridad alimentaria y la migración.

El tema de la cumbre es muy apropiado porque en estos días ciertos Estados están violando abiertamente las reglas, normas y estándares sobre los que supuestamente se ha construido y protege el actual orden internacional.

A pesar de este tema, es crucial subrayar la lamentable realidad de que
ciertos estados en el mundo de hoy violan descaradamente las normas que el sistema internacional ha adoptado y sobre la cual se ha construido. Israel ha masacrado a decenas de miles de personas inocentes en Gaza en cuestión de meses, y finalmente ha bombardeado incluso Rafah, el lugar que previamente había designado como la única “zona segura”.

Las acciones de Israel en Gaza y otras ciudades constituyen un flagrante crimen de guerra. El presidente Recep Tayyip Erdoğan ha destacado constantemente desde hace meses la necesidad de poner fin a los imprudentes ataques de Israel. Como existe una creciente aceptación global de la noción de que Israel está protegido por el sistema internacional en lugar de impedido. No se puede negar que los actores internacionales, especialmente el G7, no se han opuesto a las acciones de Israel, que ignoran todas las leyes, principios y valores. El sistema internacional no logró producir un llamado vinculante para un alto el fuego durante muchos meses mientras Israel masacraba a miles de mujeres y niños. Fueron necesarias repetidas protestas masivas y un poderoso levantamiento de los jóvenes en los campus universitarios para que los líderes del G7 hicieran tal llamado. La protesta mundial y las revueltas contra los ataques de Israel sirven como un crudo recordatorio de que quienes apoyan a Israel serán recordados con profunda vergüenza.

Estos líderes han anunciado su pleno apoyo al plan de alto el fuego presentado por el presidente estadounidense Joe Biden el 31 de mayo. Sin embargo, no está claro si este llamamiento, y el apoyo que ha recibido del G7, podrán disuadir a Israel de continuar su guerra contra Palestina. Se espera y se exige que el G7 y otros actores internacionales hagan más.

Es esencial reestructurar este sistema e idear métodos para establecer un nuevo marco que dé prioridad a los derechos de los oprimidos sobre los intereses de los poderosos.

La disfunción y el silencio de los actores internacionales en las crisis y conflictos que han tenido lugar en los últimos años resaltan la importancia y relevancia de las declaraciones de nuestro Presidente Recep Tayyip Erdoğan, “El mundo es más grande que cinco” y “Un mundo más justo es posible”. ” Valora y apoya firmemente los esfuerzos de Türkiye por la paz global. El papel de liderazgo que desempeñó Türkiye en los esfuerzos por asegurar un alto el fuego en la guerra entre Rusia y Ucrania y resolver la crisis de cereales que surgió de ese conflicto habla de esta determinación.

Türkiye sigue comprometida con la promoción de la paz, la estabilidad y la resolución de crisis regionales y globales frente a los crecientes desafíos de nuestros tiempos, desde la migración irregular y el cambio climático hasta el terrorismo internacional y la interrupción de las cadenas de suministro.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.

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