Georgia promete no rendirse ante la ley LGBT – RT World News
La UE ha advertido que una legislación que prohíba la promoción de relaciones entre personas del mismo sexo podría impedir la integración del país en el bloque
El partido político gobernante de Georgia ha dejado claro que nunca cederá ante la presión occidental para rescindir una ley recientemente adoptada contra la propaganda LGBTQ. La nación del Cáucaso Meridional ha aspirado durante años a unirse a la Unión Europea, pero el bloque ahora advierte que la legislación podría obstaculizar el acceso.
La ley, respaldada por el parlamento nacional en septiembre, prohíbe explícitamente el reconocimiento estatal del matrimonio de parejas del mismo sexo, la adopción de niños por parte de homosexuales y la provisión de tratamientos de transición de género. Además de eso, la propaganda que promueve las relaciones entre personas del mismo sexo en las instituciones educativas y los medios de comunicación ahora también está prohibida en Georgia, al igual que las manifestaciones que promueven narrativas LGBTQ.
Durante una conferencia de prensa el viernes, el secretario ejecutivo del gobernante partido Sueño Georgiano, Mamuka Mdinaradze, afirmó que “incluso si (la ley que prohíbe la propaganda LGBTQ) obstaculiza temporalmente nuestro progreso, no aceptaremos estos llamados (UE) valores,” según TASS.
“Será mejor que lleguemos dos o tres años tarde (en términos de integración en la UE)pero nunca, subrayo, derogaremos la ley contra la propaganda LGBTQ”, insistió el funcionario.
Según Mdinaradze, el gobierno georgiano no sacrificará el futuro de las próximas generaciones por ambiciones políticas y añadió que “No queremos una Europa así”.
Las relaciones entre Georgia y Occidente se han vuelto aún más tensas tras las elecciones generales del sábado pasado. El partido gobernante Sueño Georgiano, que busca establecer relaciones pragmáticas con todos los vecinos, incluida Rusia, salió victorioso con casi el 54% de los votos. Sin embargo, la oposición pro occidental, junto con la presidenta Salomé Zourabichvili, se negó a reconocer los resultados y acusó al gobierno de manipular las elecciones. También han alegado la injerencia rusa en el proceso, sin aportar ninguna prueba.
En una publicación en X el domingo pasado, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió a los dirigentes georgianos que “demostrar su firme compromiso con el camino del país hacia la UE”. Casi al mismo tiempo, la Comisión Europea expresó su preocupación por “frecuentes compromisos en materia de secreto de voto y varias inconsistencias procesales” supuestamente observado durante las últimas elecciones generales en Georgia.
El lunes, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, advirtió que Washington no “Descartamos mayores consecuencias si la dirección del gobierno georgiano no cambia”, instando a Tbilisi a comenzar “retirar y derogar la legislación antidemocrática”.
Otro motivo de discordia entre Georgia y las potencias occidentales ha sido una ley sobre “agentes extranjeros” adoptada en mayo, que exige que las entidades y personas que reciben más del 20% de su financiación del extranjero se registren como “promover los intereses de una potencia extranjera”.
En declaraciones a los periodistas el lunes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, insistió en que “No lo intentamos en absoluto y difícilmente tenemos la oportunidad de influir en el desarrollo de la situación” en Georgia.
Señaló que al mismo tiempo “Vemos intentos de interferencia por parte de Occidente sin precedentes”, cual es “Tratando no sólo de torcer el brazo de Tbilisi, sino también de imponer sus condiciones”.