Desde el Caribe hasta Texas, Beryl deja un rastro de destrucción | Noticias sobre la crisis climática

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Beryl ha estado avanzando por el Atlántico durante más de una semana, impulsado por aguas excepcionalmente cálidas, y se convirtió en el primer huracán de categoría 5.

El huracán devastó islas del Caribe como Barbados y Jamaica, y destruyó casi por completo un par de islas en San Vicente y las Granadinas. El viernes se estrelló contra la península de Yucatán, en México, y el lunes llegó a Texas, pero en ambas ocasiones recuperó fuerza sobre el agua.

En el estado estadounidense de Texas, donde Beryl tocó tierra como huracán de categoría 1, la tormenta desató fuertes vientos y lluvias, derribando árboles y cables eléctricos.

Beryl, que posteriormente fue degradado de huracán a tormenta tropical y luego a depresión tropical, también dejó sin electricidad a millones de residentes en medio de un calor sofocante.

En los suburbios se veían ventanas tapiadas y automóviles varados en las carreteras inundadas. Después de que pasara lo peor de la tormenta, muchos residentes trabajaron para limpiar las carreteras de ramas de árboles y otros escombros.

Antes de llegar a Texas, Beryl causó estragos en Tulum, México, donde decenas de miles de personas se quedaron sin electricidad mientras arrasaba la región como un huracán de categoría 2.

El viento y la lluvia azotaron la ciudad costera durante el viernes. Los residentes se refugiaron en escuelas y hoteles, y las autoridades patrullaron las playas para evacuar a los residentes y turistas.

Los desplazados encontraron algo de alivio –y comida– en los refugios, y el ejército organizó comedores populares. Otros se arriesgaron a viajar por calles muy inundadas.

Pero la destrucción más grave que causó Beryl se produjo en el Caribe, donde pueblos enteros, e incluso islas enteras, quedaron diezmados. Arrancó los techos de las casas y destruyó y enredó barcos en las costas. Olas llenas de escombros se estrellaron contra la arena.

En Kingston, la capital de Jamaica, un estadio se convirtió en un refugio con filas y filas de delgadas camas y mantas.

La destrucción que dejó Beryl necesitará meses, o incluso años, de reconstrucción y recuperación.

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