Cuatro años después de la mortal explosión en la costa de Beirut que arrasó gran parte de la ciudad, nadie rinde cuentas
Cuatro años después de que una explosión química en la costa de Beirut matara a más de 200 personas y dejara miles de heridos, nadie ha sido considerado responsable de la mortal tragedia.
La explosión del 4 de agosto de 2020 redujo a escombros grandes zonas de la capital del Líbano y causó daños por miles de millones de dólares, pero la corrupción y la mala gestión han paralizado una investigación sobre la explosión, y aún no se ha responsabilizado a nadie por el desastre.
“Cuatro años después, no hay ni un solo detenido”, dijo a la Associated Press Helen Ata, que perdió a su hermano en la explosión. “Hay un crimen y hay acusados, pero no hay criminales”.
Más de una docena de funcionarios políticos, de seguridad y portuarios han sido acusados de “incompetencia criminal” durante la investigación a cargo del juez Tarek Bitar, el segundo investigador asignado al caso.
Pero los funcionarios con conexiones políticas se han negado frecuentemente a presentarse a los interrogatorios, lo que ha dificultado la investigación de la explosión que conmocionó al mundo por su enorme fuerza.
La bola de fuego fue provocada por toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un almacén en la costa de Beirut que se incendiaron, encendiendo la sustancia química y desatando la monstruosa explosión.
Al menos 218 personas murieron y más de 6.000 resultaron heridas, y grandes partes de la ciudad quedaron arrasadas.
Imágenes de video horribles capturaron una nube en forma de hongo surgiendo del almacén y las ondas de choque de la explosión derribando edificios y rompiendo ventanas a kilómetros del epicentro.
A pesar de sus mejores esfuerzos, Bitar ha encontrado repetidos obstáculos en su investigación sobre la explosión.
El año pasado, el ex fiscal jefe Ghassan Oweidat liberó a 17 detenidos en el caso a la espera del resultado de la investigación, una medida que Bitar calificó de ilegal.
A principios de este año, dos ex ministros que estaban siendo buscados por órdenes de arresto vieron suspendidas sus órdenes, en una medida que Amnistía Internacional calificó como “otro clavo en el ataúd de la justicia”.
Asimismo, los funcionarios libaneses se han negado sistemáticamente a cooperar con la investigación.
“Están tratando de hacernos olvidar”, dijo a la AP Mirna Habboush, quien perdió la visión de su ojo derecho por la explosión. “Están tratando de matarnos una segunda vez. En un país como este, con este establishment y con esta gente en el poder, lamentablemente no llegaremos a ninguna parte”.
Con cables de poste