Volcado… pero no hundido | Marca
ya lo venía avisando. “Será el primer gran momento del Dakar”, aventuraba Carlos Sainz en la víspera de la etapa de 48 horas, la más temida por todos los pilotos y, en especial, por los de Ford y Dacialos dos equipos con coche a estrenar.
En la mente de Sainz (como seguro que también en la de Nani Roma, Loeb o Al-Attiyah) el miedo era que sus flamantes nuevas máquinas no resistieran, pero no contemplarían tanto la posibilidad de un error propio. Pero en el Dakar el peligro está, literalmente, detrás de cada duna. Y en una de ellas fue donde el Ford Raptor del español acabó del revés tras realizar un aterrizaje forzoso (primero sobre el morro y luego sobre el techo) al afrontarla a más velocidad de la debida. Cuando las noticias del vuelco llegaron a España, sucedió eso mismo con los corazones de los aficionados españoles. El Dakar parecía perdido…
Por suerte, los refuerzos estaban cerca. Mitch Guthrieel novato del equipo americano no tardó en llegar y, tirando de eslinga, puso al coche del español sobre ruedas en vez de sobre techo. Revisión de daños -sobre todo de piezas de fibra- y, 20 minutos después, de nuevo en marcha. Y, en algunos momentos, a ritmos similares a los de cabeza, lo cual resultaba inicialmente esperanzador.
Después llegaron más problemas que les obligaron a pararse hasta en siete ocasiones: “Fue de mal en peor, el coche se calentaba (por problemas en el radiador), no veíamos (el parabrisas se rompió), pinchamos…”, relataba un Sainz que no comentó también una perdida que, en conjunto, elevaron los 20 minutos iniciales a 59… ¿Adiós al Dakar? Todavía no.
Acto seguido… más respuestas
La valoración definitiva de daños habrá que hacerla este lunes. El primer objetivo deberá ser completar la etapa –quedan 350 km por recorrer, pero con el coche renqueante–. Si lo consiguen, seguirá habiendo opciones incluso aunque suceda lo más probable: que hoy cedan más tiempo. Pero… en la casa del vecino también cuencen habas.
El talón de Aquiles del Dacia Sandrider
Sébastien Loeb también se dejó un jirón de sus esperanzas a ganar el primer Dakar, en este caso por culpa de la mecánica del dacia. Un problema electrónico afectó a los ventiladores y le dejó sin potencia. Tuvieron que parar hasta en tres ocasiones y sólo la pericia mecánica del copiloto de Cristina Gutiérrez, Pablo Moreno Huetesalvó al francés. Con todo, lo más grave es que ese parece el talón de Aquiles del Sandridertoda vez que en la etapa 1 Cristina sufrió con el mismo componente.
Quizá eso no deje dormir a Al-Attiyah tan tranquilo como debería sabiendo que los Reyes Magos le dejan 59 minutos de ventaja sobre Sainz (a los que hay que descontarle los 10 que gozaba el español antes de partir ayer) y 30 sobre Loeb. Y, como ya sabemos, Al-Attiyah no desaprovecha los regalos…