Libaak y Augsburger culminan la remontada para dar a Argentina su duodécimo Mundial de pádel

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Volvió a suceder. Se repiten las pesadillas de 2022 con una final que se terminan llevando los argentinos en el tercer partido. Si en Dubai se premió la valentía, hoy ha brillado la juventud. Dos jugadores que apenas tienen la mayoría de edad y que ya son leyenda de su país. Un día que nunca olvidarán y que les eleva a los cielos del pádel argentino.

Tenían que ser ellos. Los predestinados. El futuro del pádel argentino está en sus manos y hoy tienen el mundo a sus pies. Garra, talento y, sobre todo, corazón para dos chicos que ya conocen el sabor de la gloria. El factor Paquito no hizo efecto y España se quedó a las puertas.

Sin embargotodo arrancó como un cuento de hadas para ‘La Roja’. Veteranía y experiencia. Dos valores que pesaron mucho en el primer set. Sin estar a su mejor versión, Yanguas y Navarro tuvieron el acierto necesario como para ser más sólidos que sus rivales. Augsburger, muy fallón en el comienzo y fuera de lo que es su nivel habitual. Con sus armas, por supuesto, pero sin brillar como acostumbra. Igual que Tino, lejos de su mejor versión.

Navarro y Yanguas, en la final.

Un break fue suficiente como para decantar el set. Pintaba muy bien para España, aunque las sensaciones no eran del todo buenas tras el bajón del segundo partido. Aun así, un 6-3 acercaba el título más que nunca.

Los ‘pibes’, lejos de venirse abajo, empezaron a demostrar por qué son dignos portadores de la albiceleste en el Mundial. Tino recuperó su esencia y Leo facturó todo lo que tocó. Tienen un futuro impresionante por delante y quedó reflejado en Doha. La leyenda y el drive del momento, contra las cuerdas.

Tuvieron ventaja, pero los españoles se repusieron. Seguían sin encontrar sensaciones, pero forzaron un par de juegos más. Sin embargo, la conexión entre andaluces no estaba funcionando. Los jóvenes hicieron valer su energía. Con bola de break, Leo subió la red en una final de un Mundial teniendo en frente a Paquito Navarro… y le salió bien. Punto, set y premio para la valentía. El título se decidía en el tercer set del tercer partido de la final.

Un desenlace de película

Un desenlace a la altura de un torneo épico. Grandísimas noticias para el pádel. Igualdad hasta el 3-3, hasta que Paquito Navarro entró en escena para poner un break que parecía decantar la balanza. Nada más lejos de la realidad. En el siguiente, contra-break de unos ‘pibes’ con ganas de hacer historia.

Gritos, saltos y emoción en un banquillo argentino que ya se veía campeón. Pudieron sacarlo adelante los hispanos, llevándolo todo al tie-break. Un guion de película.

Libaak celebra un punto.

Libaak se hizo mayor en Doha. Espectacular el drive argentino, que se echó a su equipo a la espalda para erigirse como el héroe. Completamente dominadores, se impusieron a España para llevarse el tercer partido. La albiceleste, campeona del mundo gracias a sus promesas. El pádel sigue siendo argentino dos años más.


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