El Unicaja acaba con la tiranía del Real Madrid para ser supercampeón

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La hegemonía del Real Madrid en el baloncesto español terminó en Murcia. El momento de la temporada no invita a grandes reflexiones ni lecturas más allá del magnífico título del Unicaja de Málaga (80-90) en la Supercopa Endesa. Acabó con la racha blanca (todas las coronas del último curso) con un ejercicio de equipo formidable. Dominando la final al completo y sabiendo sufrir cuando el Madrid, fiel a su ADN, colocó las cosas al límite. Es supercampeóncon todas las letras.

Llull lanza.M. Pozo

Nadie jamás podrá restar mérito al Unicaja. Fue campeón intercontinental, estaba rodado y sacó sus armas para ser supercampeón. Rompió el reinado del Real Madrid (todos los títulos desde la de 2018) con un brillante Kameron Taylor (22 puntos), grandes rachas de Kendrick Perry (16) y el trabajo por dentro de Sima (14) que limitó a un gris Tavares (7). En el Madrid, no bastó Facundo Campazzo (19).

Inicio salvaje del Unicaja

Las finales, antes de todo, hay que saber jugarlas y ganarlas. El Unicaja entendió mejor, de inicio, cómo plantear la batalla en Murcia. Sin miedo a los triples ante un Real Madrid que presentó a Usman Garuba en el quinteto como novedad tras la baja por enfermedad de Mario Hezonja. Pero Unicaja salió activo, y endosó un parcial de 0-12 en menos de tres minutos, construido por Perry y Taylor y cuatro pérdidas blancas. No se abrió la lata capitalina hasta dos tiros libres de Campazzo tras dos minutos y 57 segundos de final.

El susto fue serio. Porque tras seis puntos seguidos de Kameron Taylor (metió 11 en el primer cuarto), Unicaja se fue hasta el 5-21. Obligó al Real Madrid a despertar de golpe, tirando de Campazzo y Deck. Pero no cortó a los malagueños porque un triple de Barreiro (13-30, 8′) les siguió dando alas. El primer parcial resultó de ensueño para los cajistas, con 32 puntos y un toque de atención al Madrid, que tenía que remar mucho (19-32, 10′).

Musa lanza un pase.EMILIO COBOS

Los de Chus Mateo todavía están faltos de ritmo y piernas, es una realidad. Pero se agarraron a la final. Deck se convirtió en el bastión habitual y un Llull muy activo apretó para ir encontrándose dentro del partido (30-42, 15′). Eso sí, el Unicaja no rebajó su intensidad y acierto. Con un fondo de armario en el que el físico de Kravish o Sima secundó arrebatos de talento de Tyler Kalinoski.

Pero a fuerza de percutir y no permitir parciales grandes, el Madrid entró en calor. Lo dio acudir a la personal con insistencia, algún fallo cajista (pasos de Taylor, técnica a Ibon Navarro) y detalles de Rathan-Mayes en transición y un mate de Tavares (39-44, 18′). Para cambiar el sopapo de salida por una progresiva mejoría.

Tela por cortar…

Lo evidenció el marcador apretado al descanso (45-49) tras otro chispazo de talento de Taylor, absolutamente imparable en el amanecer de la final, para frenar un arreón de Campazzo y Musa. Pero el Madrid no supo seguir con esa fuerza en la reanudación del partido, sufrió otra vez en el estático y el Unicaja no varió el plan. Algo menos exterior, pero con ritmo y Sima como ejecutor por encima del aro (47-58, 25′).

Taylor lanza.M. Pozo

Un nuevo resurgir del Unicaja. Frenó, incluso, otro arreón del Madrid tras una jugada de cinco puntos por un 3+1 de Campazzo y técnica. Ahí emergió Kendrick Perry, amenazando desde la media y larga distancia (57-68, 27′). Otro golpe a un Real Madrid, que debía encontrar inspiración para no descolgarse.

Aunque no les mató, eso son palabras mayores. Porque un buen final de tercer parcial de Andrés Feliz y los primeros pinitos de Garuba en su regreso blanco, dejó el buen hacer del Unicaja en una ventaja para no confiarse (63-68, 30′). Todavía existía tela por cortar.

Último cuarto

Cosa que demostró el amanecer de los últimos 10 minutos de final. Unicaja repitió tirón, y el Madrid lo fió todo a un Usman Garuba ingobernable. Se pegó con todos por dentro en defensa, sumó rebotes y anotó bajo tablero para que los andaluces no se disparasen (68-72, 34′). El alma del campeón defensor en el momento sombrío.

MURCIA, 22/09/2024.- Kameron Taylor (i), del Unicaja Málaga, ante Musa (d), del Real Madrid durante la Final de la Supercopa Endesa 2024 disputada este domingo en el Palacio de los Deportes de Murcia. EFE/Juan Carlos Caval

El interior de Azuqueca metió al Madrid y Feliz, su mejor socio, con Llull llegaron a colocarse a un punto. Pero Unicaja tenía más. Fue desde lejos, algo que habían perdido con el avance de los cuartos. Kalinoski hizo un triple vital y tras un error de Musa en una bandeja, Taylor, siempre protagonista, metió otro (73-80, 37').

El escolta, bastante desaparecido toda la Supercopa, se colocó el mono de trabajo. Cogió un rebote ofensivo que transformó y mantuvo el margen tras el empuje de Campazzo para meter al Real Madrid en una final que no pudo dominar en ningún momento.

Fue la puntilla a una final que dominó el Unicaja. Lanzados, con marcador a favor, y sabiendo golpear. Sima, otro bastión interior siempre que la cosa se ponía complicada, siguió trabajando por dentro, y el Real Madrid ya solo pudo confiar en la épica.

Musa, en el suelo.EMILIO COBOS

Que no llegó. Deck recortó distancias con un triple, Campazzo peleó cada balón, y el Unicaja ya no soltó su corona. Kalinoski desde fuera metió un triple matador y abrió los brazos. Taylor, con un mate, certificó su mágica actuación. El Unicaja había noqueado al Real Madrid (80-90) y es supercampeón.


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