El fútbol es alegría y hoy no estábamos para alegrías
Estoy escribiendo esto según acaba el Gerona-Leganés. Ha terminado 4-3, así que imagino que la gente de Montilivi se lo habrá pasado bien y encima se va con gusto a casa, porque ha ganado su equipo. Pero es tan difícil aceptar que este partido y el resto de la jornada se esté jugando… Yo era de los que estaba deseando que volviese el fútbol cuando la pandemia nos puso la vida en pausa, pero creo que aquel contexto era diferente. Habían pasado casi tres meses desde el encierro y el estado de ánimo era distinto. Había ganas de salir de casa, de recuperar la normalidad y la sonrisa. Y en eso el fútbol no tiene rival.
Pero decirle ahora a un pueblo que sigue viviendo entre lodo, que aún busca muertos en sus garajes y que llora a los que los servicios de emergencias no han podido llevarse de sus casas que “la vida sigue y no podemos parar LaLiga”, pues… Pues está feo, por decirlo así de forma suave. Que yo entiendo que debe ser complicado suspender todos los partidos a nivel ‘empresarial’, pero es que el fútbol es mucho más. El fútbol requiere una predisposición a la alegría que este fin de semana no tiene nadie en España.
No era tan difícil a nivel humano, porque bastaba con preguntarle a los protagonistas. Los que tienen algún vínculo con Valencia y los que no, todos han coincidido en el mensaje. No era el momento de jugar. Si les obligas a disputar la jornada, obviamente nadie se va a negar, pero imagino que tendrían pocas ganas de celebrar goles y victorias teniendo compañeros, amigos o familiares implicados en la tragedia.
Claro que se ha aprovechado la jornada para dar visibilidad a las campañas de recaudación y que tener un mensaje en pantalla con un número de cuenta ayuda (¡faltaría más!), pero hoy en día los clubes tienen suficiente escaparate en otros medios como para no tener que justificar que se juegue la jornada por la visibilidad a las iniciativas solidarias. En fin, yo qué sé. Ojalá podamos celebrar goles pronto todos juntos.