Los estudiantes brasileños ganan más por aparecer en televisión
Deseosos de obtener ingresos adicionales, los estudiantes brasileños se han convertido Presencia frecuente en producciones artísticas como extras.. No dudan en desempeñar diversos papeles: desde transeúntes en la calle hasta muertos en un escenario de guerra. Sus funciones pueden ser tan sencillas como caminar en segundo plano o tan específicas como simular una animada conversación en un restaurante. Cada pequeña acción contribuye a la riqueza de las obras, garantizando que el entorno sea auténtico y atractivo para el público.
Adelita Jeolas, 33 años, es abogada y vino a estudiar un máster a Portugal. Actualmente trabaja como asistente financiera en una multinacional en Lisboa. Pero, antes de conseguir este trabajo fijo, con contrato indefinido (que equivale a un trabajo formal con contrato formal en Brasil), debutó en el mundo de las artes haciendo actuación, siguiendo el consejo de una amiga de la universidad.
“Esta amiga ya hizo este tipo de figuración y me dio el tip. Fui allí y conseguí el trabajo. Ganaba 50 euros (300 reales) al día. Buen dinero”, recuerda el brasileño, que nunca antes había realizado este tipo de actividad, ni siquiera en Brasil. Entre las producciones en las que participó se encuentra la telenovela El precio de la fama. Durante la pausa de grabación, los demás extras portugueses quisieron saber de Adelita cómo se hacían las telenovelas en Brasil. “Fue un buen intercambio de experiencias”, dice.
Silvia França, de 27 años, fue otra estudiante que descubrió la posibilidad de ganar un dinero extra en las telenovelas. Su interés por actuar como extra surgió luego de escuchar a amigos de su maestría en Derecho, en Universidad de Lisboahablando de experiencias en la televisión portuguesa. “Nunca participé de una experiencia similar en Brasil, por lo que no tenía conocimiento en el área”, recuerda.
Para ella, el mayor desafío en el mundo del arte era el cansancio. “A veces las grabaciones pueden ser breves. Lo más habitual, sin embargo, es que tarden mucho, hasta 12 horas”, afirma Sílvia. Destaca que el mayor problema de la adaptación es la impaciencia ante las innumerables repeticiones de escenas, especialmente cuando las grabaciones se alargaban.
“El tema climático también es un poco agotador, hay situaciones en las que puede hacer mucho calor y la ropa puede no estar fresca. Otras veces puede hacer frío, pero es necesario llevar ropa de verano para poder grabar la escena”, comenta Silvia.
Horarios flexibles
El papel de un extra se podría resumir en no hacer nada, pero lo cierto es que esa nada puede marcar la diferencia en el resultado de una producción audiovisual. Por ejemplo, el público que ve programas de televisión con extras. Realmente no hacen nada más que aplaudir. Pero ¿y si no estuvieran allí? ¿Imaginas una ciudad sin gente en las calles, un hospital sin enfermeras o un restaurante sin clientes? La ausencia de extras puede hacer que cualquier escena sea improbable.
El día a día de un extra es bastante agitado. Si está en una buena agencia y tiene varios trabajos, se acostumbrará a trabajar por turnos, un día grabando por la mañana, al siguiente participando en algo por la tarde o temprano en la mañana. Según estos profesionales, no está permitido estar cansado o de mal humor. Los actores principales pueden tener fallos, pero eso nunca se excusa en el caso de un extra, porque hay mucha gente buscando una oportunidad.
Cada día, los extras permanecen durante horas y siempre con una sonrisa en la cara mientras aplauden durante tres o cuatro horas durante un espectáculo en vivo. “A nadie le importa si estás cansado o tienes problemas en casa. Lo que cuenta es el resultado y no puede haber margen de error entre los figurantes”, afirma Sílvia.
Mercado complicado
El mercado laboral en área de cultura No es fácil. Hay mucha gente buscando alguna de las vacantes, que, en realidad, no son tantas. Agencias adicionales reciben solicitudes todos los días, principalmente de personas que desean ingresar a las carreras de actuación y actuación. Esto hace que todo sea aún más complicado.
Quienes trabajan en el área dicen que la alta demanda de la profesión hace que los profesionales sean vistos muchas veces como desechables. Aunque esta actitud es un error, sobre todo porque ser extra no es tan simple como parece, dicen quienes hablaron con PÚBLICO Brasil, la verdad es que eso es exactamente lo que sucede en el mercado laboral.
Calcular los ingresos de un extra en Portugal y Brasil puede ser un desafío, debido a la variación en el valor de los pagos y la falta de contratos formales en muchos casos. Sin embargo, a partir de informaciones obtenidas en Internet, principalmente en las redes sociales de los brasileños que actúan en el área, y en informes de profesionales del área, se puede realizar una estimación.
En Portugal, la media por trabajo, que puede durar 12 horas al día, varía entre 30 y 80 euros (entre 180 y 480 reales). En Brasil, los ingresos de un extra son mucho menores. Van desde 9 euros hasta 25 euros (R$ 54 y R$ 150). Nuevamente, esto depende del tipo de producción y de los requisitos de papel.
Es importante señalar que muchos extras se pagan por el trabajo realizado, sin un contrato continuo ni garantía de actividad regular. Además, hay casos en los que el pago puede retrasarse, lo que puede afectar la estabilidad financiera de los extras.
Si la idea es trabajar como extra para ganar un dinero extra, no es necesaria ninguna formación en el área. Sin embargo, si quieres seguir una carrera y luchar por un papel más destacado, es importante tener formación en interpretación.
Los artículos del equipo de PÚBLICO Brasil están escritos en la variante de la lengua portuguesa utilizada en Brasil.