Cómo un director ejecutivo de EE. UU. pagó a sus empleados 500 dólares para que durmieran solo para cuadriplicar las ganancias de su empresa

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Conozca a Mark Bertolini: cuando se convirtió en director ejecutivo de Aetna en 2010, quería demostrar que invertir en el bienestar de los empleados no era sólo “bueno”, sino un motor central del éxito empresarial. Su enfoque revolucionario fue ayudar a los empleados a dormir más.

El ex director ejecutivo de Atena pagó a sus empleados un bono de sueño para aumentar la productividad

No fue un movimiento corporativo típico. En la era de la cultura del ajetreo y el respaldo a jornadas laborales más largas, Bertolini, inspirado por su propia experiencia transformadora con dolor crónico y terapias alternativas después de un accidente de esquí que puso en peligro su vida en 2004, vio las cosas de manera diferente.

Creía que los empleados que descansaban bien no sólo eran más felices: eran más creativos, productivos y comprometidos. Y tenía datos que lo respaldaban: su investigación reveló que la falta de sueño le estaba costando a Aetna casi 100 millones de dólares al año en pérdida de productividad. Atena es una empresa de atención médica que vende seguros de atención médica tradicionales y dirigidos al consumidor.

En 2015, Bertolini lanzó una iniciativa sin precedentes: un bono de sueño que pagaría a los empleados para que durmieran. A través de un programa de incentivos rastreado por dispositivos Fitbit, los empleados podrían ganar hasta $500 al año por dormir consistentemente siete o más horas por noche. “Dormir no es un privilegio, es un derecho”, afirmó Bertolini. Fue una medida audaz que dejó a Wall Street escéptico, pero el compromiso de Bertolini no flaqueó.

Los resultados hablaron por sí solos. En tan solo un año, Aetna experimentó un aumento de 69 minutos en la productividad diaria por empleado, lo que se traduce en $3000 más en productividad anual para cada persona. Los ingresos de Aetna aumentaron, los costos de atención médica disminuyeron y los niveles de estrés de los empleados disminuyeron en un 28%. Este programa de incentivos para dormir no fue sólo un impulso al bienestar: se convirtió en un poderoso generador de ganancias.

La visión de Bertolini no se detuvo al dormir. Introdujo un conjunto de beneficios de bienestar, desde clases gratuitas de yoga y meditación hasta asistencia para el pago de préstamos estudiantiles, e incluso aumentó el salario mínimo de la empresa a 16 dólares la hora. Estas iniciativas transformaron a Aetna en un lugar de trabajo codiciado donde el talento acudió en masa para postularse.

El impacto se extendió por todo el mundo empresarial estadounidense. Empresas como Google, Nike y REI siguieron su ejemplo y crearon cápsulas para la siesta, espacios de meditación y días de aventuras como parte de una creciente revolución del bienestar. Cuando Bertolini renunció, el precio de las acciones de Aetna se había cuadruplicado, consolidando su legado como el líder que convirtió las siestas en ganancias y demostró que invertir en los empleados es simplemente un negocio inteligente.

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