Kathy Griffin admite que el divorcio de Randy Bick le está “pateando el trasero” mentalmente
Kathy Griffin admite que su divorcio de Randy Bick la ha dejado “desconsolada”.
“El divorcio es lo que me está pateando el trasero mentalmente”, le dice en exclusiva a Page Six. “Pensé que iba a estar con este tipo para siempre. Estoy desconsolado, lo admito”.
Y añade: “Simplemente no pensé que estaría sola en esta etapa del juego, pero bueno, eso depende de mí. Y supongo que obviamente tengo que asumir toda la responsabilidad”.
A pesar de sentirse desconsolado, Griffin dice que no hay resentimientos entre la pareja.
“Sé que es un cliché”, nos dice. “Le deseo lo mejor. Espero que conozca a alguien más. Simplemente no era el tipo adecuado para mí. Pero será bueno para alguien más”.
La comediante, de 63 años, solicitó el divorcio de su marido Randy Bick en diciembre de 2023.
Los dos, que aún no han finalizado su separación, se conocieron en un festival gastronómico en 2011 y se separaron brevemente después de siete años juntos.
Se reunieron menos de un año después y se casaron en la víspera de Año Nuevo de 2019 en una ceremonia oficiada por Lily Tomlin.
Han sido unos años difíciles para la alumna de “My Life on the D-List”.
En 2017, fue cancelada cuando posó sosteniendo la cabeza decapitada y ensangrentada de una efigie de Donald Trump. La protesta fue intensa, y Griffin fue incluida en una lista de exclusión aérea durante dos meses mientras estaba bajo una investigación federal por parte del Departamento de Justicia.
Tres años más tarde, Griffin reveló que había luchado contra una adicción a las pastillas recetadas y luego le diagnosticaron cáncer de pulmón, lo que requirió que le extirparan parte del pulmón.
Se ha apoyado en amigas famosas como Jane Fonda y Sia, y se ha embarcado en una gira. “Mi vida en la lista de PTSD” que la ha visto volar por todo el país en un jet privado, a pesar de su elevado coste.
“Me importa un comino”, nos dice Griffin. “Después de todo lo que he pasado, lo justifico”.
Griffin explica que ha ahorrado febrilmente durante la mayor parte de su carrera y lo ve como una extravagancia bien merecida.
“No quiero decir que no me importa si gano dinero con esta gira o no, pero he priorizado lo inimaginable con mi experiencia normal en el Medio Oeste”, dice. “Pasé décadas en el hotel del aeropuerto, pasé décadas en el motel más barato y de mierda en el que me alojó el club donde hay insectos en la habitación.
“Confieso haber tenido viajes de primera, ¿verdad? Es todo mi propio dinero que gané yo sola”, continúa.
“No vengo de riqueza generacional. Nadie me dio nunca un maldito centavo. Y esto es lo que estoy haciendo”.
Griffin jugará Carnegie Hall el 26 de octubre.