Encuentran en su auto la cabeza decapitada del nuevo alcalde de México
La cabeza decapitada de un alcalde de México fue encontrada encima de su automóvil apenas seis días después de su mandato, siendo el segundo funcionario asesinado en la capital de Guerrero en menos de una semana.
El cuerpo de Alejandro Arcos, alcalde de la ciudad de Chilpancingo, de 43 años, fue encontrado dentro de su camioneta el domingo por la noche con la cabeza apoyada en la parte superior del vehículo.
Su muerte fue confirmada por la fiscalía estatal. La fiscalía general del estado dijo que estaba investigando.
“Su pérdida enluta a toda la sociedad guerrerense y nos llena de indignación”, dijo la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, en un comunicado compartido en las redes sociales.
El día de su asesinato, Arcos había visitado barrios de Chilpancingo dañados por el huracán John.
La ciudad de aproximadamente 280.000 habitantes todavía se está recuperando del asesinato del nuevo secretario de gobierno, Francisco Tapia, asesinado a tiros la semana pasada.
“Eran funcionarios jóvenes y honestos que buscaban el progreso para su comunidad”, Senador Alejandro Moreno escribió en X.
Guerrero se ha convertido en uno de los estados más mortíferos para los políticos y periodistas a nivel local. Al menos seis candidatos para diferentes cargos públicos fueron asesinados en Guerrero antes de las elecciones de junio en México.
Chilpancingo ha lidiado con el crimen violento durante años, principalmente impulsado por los frecuentes conflictos entre dos bandas narcotraficantes rivales, los Ardillos y los Tlacos.
La anterior alcaldesa de la ciudad, Norma Otilia Hernández, fue grabada en video supuestamente manteniendo una reunión con líderes de las pandillas en un restaurante. Posteriormente fue expulsada de su partido, lo que le dio a Arcos la oportunidad de postularse.
En julio de 2023, funcionarios federales dijeron que una manifestación en Chilpancingo ese mes fue organizada por la pandilla Ardillos para obligar a la liberación de dos de sus líderes, quienes habían sido arrestados por posesión de drogas y armas.
La manifestación duró dos días cuando la gente comenzó a bloquear todo el tráfico en la carretera entre Ciudad de México y Acapulco, luchando contra las fuerzas de seguridad e incluso robando un camión blindado de la policía, que utilizaron para derribar las puertas del edificio de la legislatura estatal.
Los manifestantes secuestraron a 10 miembros de la policía estatal y de la Guardia Nacional, además de tres funcionarios estatales y federales. Las autoridades estatales finalmente lograron la liberación de los rehenes a cambio de promesas de invertir en proyectos de obras públicas.
Con cables postales