Juegos Olímpicos de París: la estadounidense Valarie Allman domina el campo y gana el oro en disco
PARÍS — No se sorprendan si los mejores entrenadores de lanzamiento de Estados Unidos comienzan a aparecer en los estudios de ballet o en las clases de hip-hop para buscar prospectos olvidados.
El camino sin precedentes de Valarie Allman hacia su doble oro olímpico podría dar inicio a una transición del baile al disco.
Allman dominó la competición de disco femenino el lunes por la noche, ganando el oro a pesar de no superar la marca de 70 metros en ninguno de sus seis lanzamientos. Su lanzamiento ganador de 69,50 metros superó la mejor marca de la segunda clasificada, Bin Feng de China, por casi dos metros completos. Los cuatro lanzamientos sin falta de Allman eclipsaron el mejor de Feng.
Hace tres años, Allman ganó su primer oro olímpico en Tokio, nuevamente de manera dominante. Entretanto, se conformó con el bronce en los Campeonatos Mundiales de 2022 y la plata el año pasado, lo que le brindó una amplia motivación para restablecer su supremacía en un año olímpico.
Antes de que Allman se convirtiera en la mejor lanzadora de disco del mundo, soñaba con ser bailarina. Brilló en todo tipo de disciplinas, desde ballet hasta claqué, jazz y hip-hop. Cuando era estudiante de primer año en la escuela secundaria Silver Creek en Longmont, Colorado, pasaba los fines de semana viajando con el popular programa de televisión “So You Think You Can Dance?”
Cuando su hermano mayor la animó a buscar también una actividad extracurricular en su escuela, Allman se unió a él en el equipo de atletismo de Silver Creek. Se presentaba a los entrenamientos y competencias entre su apretada agenda de baile, probando las carreras de velocidad, el salto de longitud y el salto de altura, pero no encontraba ninguna disciplina que realmente la entusiasmara.
El elemento más conocido de la historia del origen de Allman es la ahora legendaria cena de espaguetis que cambió el curso de su vida. Los lanzadores de su equipo de secundaria dijeron que podía participar en su cena anual de espaguetis con una condición: primero tenía que probar a lanzar.
Según cuenta la leyenda, Allman se enamoró del disco de inmediato y su carrera despegó a partir de ahí. En realidad, no fue tan sencillo. Pasó tiempo hasta que la bailarina del círculo de disco se dio cuenta de que el lanzamiento era su vocación y abrazó su nueva pasión.